miércoles, 20 de abril de 2016

Sherry Festival Valencia

Durante algo más de una semana el Sherry Festival no ha parado de inundar la ciudad de Valencia con diferentes eventos, ya sean catas maridadas, comidas, cenas, presentación  de bodegas e incluso una película. Personalmente estaba ilusionado pues me habían aceptado en muchas de las cosas que me había apuntado (catas sobre todo), pero al final por motivos laborales apenas pude disfrutar de la mañana del lunes en el salón Apolo del hotel las Arenas. No fue mucho, (de todo lo que se programó) apenas una gota de esas que quedan en las soleras del casi 100 años que tienen muchas de las bodegas presentes pero me mereció la pena y aquí os dejo el artículo.



Pasadas las 11:30 horas entramos en el salón Apolo un cuarteto formado por Rodrigo, María José y Joaquin y el que escribe. Sinceramente todavía ando algo perdido entre tanta manzanilla, fino, fino en rama, palo cortado, oloroso etc pero poco a poco me dí cuenta que Joaquin, si que sabia por donde andaba y el terreno le parecía familiar. Dimos un a primera vuelta (y única) en la que fuimos catando finos y manzanillas. La primera parada en la bodega Barón donde su manzanilla y su fino Micaela ambos con crianza bajo flor durante 4 años, nos adentraron en lo que iba a ser el resto de la cata. Me gusto algo más el fino de Micaela, su final me pareció muy elegante. La siguiente parada fue en el stand de la bodega de Faustino González. Probamos otros 2 vinos. Fino en rama Cruz Vieja y su Amontillado en rama Cruz Vieja. Me quedo con su fino, por sus notas minerales y cítricas muy bien ensambladas. 

En el stand de González Byass, abarrotado en ese momento, probé únicamente su "fino una palma" con un interesante final salado con sensaciones amargas. Otro manzanilla que me gusto ( de las que más) fue el de la bodega La Cigarrera,  buena intensidad aromática, con cuerpo, y un final largo. De la bodega Lustau su fino me pareció algo corto en boca y en persistencia. 

En la bodega Rey Fernando de Castilla, probé su fino y su fino en rama con un aroma de almendras sutil a la vez que elegante. el siguiente stand fue el de la bodega Romate. Allí probé su manzanilla Viva la Pepa con recuerdos de panadería, y una fina acidez que le aportaba frescura a su final amargo. Encantado quedé con su vino fino Marismeño, de aroma punzante y un muy largo final. 

La Alegría era el nombre de la manzanilla de la bodega Williams & Humbert, también me gusto por su intensidad y su persistente retro nasal. Quizás la manzanilla con mas cuerpo de todo el evento. El fino de nombre comercial Pando, no me disgusto pero no estuvo a la altura de la manzanilla.



La penúltima parada fue en el stand de la bodega Yuste. Allí probé un par de manzanillas. la primera de nombre Aurora con 7 años bajo velo flor, y La Kika con más de 10 años bajo el velo flor. Sinceramente muy buenas. 





Como os comenté al principio Joaquin sabía donde estaba lo mejor y para acabar la ronda de manzanillas y finos ( y mi tiempo) nos fuimos al stand de la bodega Emilio Hidalgo, maravillosamente atendido por Juanma. Lo primero que probamos fue un mosto sin encabezar, el cual es la base del jerez, palomino 100% en acero inoxidable. Su aroma a lías muy interesante. Y a continuación empezó con todo su gama de vinos, que son diferentes, ni mejores (que a mí personalmente algunos me lo parecieron) ni peores. Juanma nos cuenta que ellos buscan hacer los vinos de la manera más tradicional y por ello los vinos tienen unas características diferentes al resto. El primero fue el fino La Panesa. Un vino con 16 años de crianza bajo el velo flor que le confieren al vino unos atributos que lo hacen un vino singular en la categoría de los finos. Persistente, notas herbáceas, levaduras....El siguiente vino fue un amontillado fino de nombre El Tresillo. Elaborado con la base biológica de el vino La Panesa, pero con una etapa final oxidativa, lo que le hace un vino menos fresco que el anterior, y algo más generoso en aromas. 

Pasamos al siguiente vino de nombre Gobernador. Un vino que esta dentro del grupo de los Olorosos secos. Aquí la crianza sobre el velo flor es de una duración menor y se busca la oxidación en botas de roble americano. Excelente untuosidad, amplio seco. Villapanés es un oloroso viejo de 20 años, goloso, untuoso, con aromas de nueces. Una delicia su largo final. El penúltimo vino del día fue El Tresillo 1874 un amontillado viejo de más de 50 años del que se producen alrededor de 1500 botellas. Una gozada poder probar estas cosas. Amplio, sabroso, con aromas de frutos secos...para comprar las 1500 botellas. Por último Juanma tuvo el detalle de descorchar un Pedro Ximenez (PX), un vino dulce natural, de sólo 3 años y medio. Un vino con peso en boca, con aromas a pan de higo, a fruta escarchada, elegante suave y largo...me duró su sabor hasta la salida del hotel.

Y hasta aquí duró "mi Sherry Festival", tenia programadas más catas a las que tuve que renunciar. Las cosas nunca salen como uno quiere pero hay que disfrutar las que te quedan y gracias al trío formado por Rodrigo, María José, y su marido Joaquin, el "experto del día", disfrute de una mañana llena de lecciones y vinos muy interesantes. Gracias a los tres. 


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