De Levante rumbo Aponiente


Una vez cómodamente sentados y con unas cervezas en la mano (pese
a siempre solemos tomar un jerez de aperitivo), nos dan la carta, esa preciosa
carta donde sobre un mapa fantástico se dibuja el mar de Aponiente, así
como mesetas, cabos, bahías etc. todos con nombres de pescados. Entendemos que quiere reflejar el mundo de
este chef. Los platos sólo se anuncian por el pescado o producto protagonista.
Todo aquí nos parece muy original y auténtico.
El propio Ángel León viene a tomarnos toma. Nos dice: -“Tras mirar
la carta: ¿deciden quedarse con nosotros?”
Es como una invitación a un viaje y la respuesta era obvia. Elegimos el
Gran Menú, el más largo, su apuesta para
2015 en “El Viaje a Puerto
Escondido”. Tras esto se acerca Juan Ruíz Henestrosa, sumiller de Aponiente y uno
de los protagonistas de la noche. Carta en mano nos pregunta sobre cómo
queremos acompañar el menú, le indicamos que nos gustaría la opción de
maridaje. Para nuestra sorpresa nos indica que este se hace exclusivamente con
vinos de Jerez. La verdad es que hasta ese día nunca habíamos acompañado toda
una comida con vinos generosos. Si bien son vinos que nos apasionan, partíamos
de unos clichés sobre su lugar en el aperitivo, postre o como vino de
contemplación, y en los menús sólo con algún plato, generalmente de
pescado. Pues bien, si el menú es todo
de productos del mar y estamos en Cádiz ¿qué mejor maridaje?. Educadamente nos
dijo que no nos preocupáramos,
que nos iba a guiar y conducir por estos distintos vinos y que en un momento se
realizaría un descanso con un vino no generoso para continuar. Y así fue.
Empezó el servicio y
nos pusieron unos bajo platos de cuerda de barco, y sobre esta los entrantes:
una tortilla de camarón, una mora de mar y un pan de mollete con calamar y sus
interiores. La tortilla, del aspecto de una retícula natural, era sabrosa ligera y etérea. Bajo esta, en un
recipiente de cristal una ortiguilla, con un polvo de vinagre, deliciosa.
El pan de mollete caliente con el
sashimi de calamar hacía un conjunto
perfecto, y la mora, colocada sobre una pirámide de moras de gominola, también muy conseguida.
Empezábamos de
maravilla. Y tras esto se empezó a imponer un ritmo muy preciso entre los
platos. Las emociones se fueron sucediendo, y si bien no pasaremos a describir
todos los platos, nos gustaría destacar la sardina, la ostra (puede que de las
mejores elaboraciones que hemos probado), el cabracho, el ravioli y el plácton
(plato que preferimos no desvelar su servicio para respetar el efecto sorpresa
que produce el mismo).
El servicio fue impecable, con un ritmo en sala perfecto. Angel león dirige todo el servicio, el mismo termina de emplatar en la propia mesa algunas de sus creaciones.
Hubieron momentos de autentica emoción. Y todo ello con un servicio de vino impecable. Todos los vinos nos fueron presentados, destacándose las virtudes de los mismos para su maridaje y las diferencias entre los vinos previos. Todo con las palabras precisas para interrumpir ni el ritmo de la mesa ni el de las conversaciones de los comensales. Fue un auténtico viaje por los vinos de Jerez.
La tercera estrella es sólo cuestión de tiempo, de poco tiempo.
Oímos en sala que pronto cambiarán a un local más grande. Ya tenemos una escusa para volver a viajar de nuestro Levante a Aponiente.
Los vinos de esa noche
fueron: Fino en Rama Guitierrez Colosía, una edición especial para Aponiente.
Saca de Abril. Manzanilla “La Goya” de Delgado Zuleta Edición Especial y
formato magnúm. Fino en rama Cruz Vieja. Fino Bodegas tradición . Cava Colet
Navazos 2011. Amontillado de 12 años El Maestro Sierra. Palo Cortado El Maestro
Sierra. Oloroso en rama Cruz Vieja de bodegas Faustino González, Moscatel Especial de Cesar Florido…y cómo nos
apasionan los PX, finalizamos con un Mons Urium (invitación de la casa).
Fotos de izquierda a derecaha y de arriba a bajo.
Texto y fotos de Silan, nuestro experto en gastronomía.
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