lunes, 14 de septiembre de 2015

Ricard Camarena

Ricard Camarena 4/07/15 REINCIDENTES HABITUALES

En lo que llevamos de 2015, había tenido la fortuna de poder acudir a RC en varias ocasiones, 3 para ser exactos.  Pero todavía no lo había hecho con Silvia. En mis tres visitas previas pude probar diversos platos del nuevo menú. Alguno de los grandes platos de la carta de 2014, como los guisantes del Maresme,  los  había podido probar en una nueva versión, que desde mi humilde punto de vista estaba mejorada aún si cabe.  Y ya dentro de los nuevos platos se repite el mismo hilo conductor: la evolución. Por ello planeamos una visita juntos, para que Silvia pudiera dar fe de mis impresiones y yo tener una escusa para repetir. Y es que la experiencia no es completa si no la compartimos juntos.

Al realizar la reserva, tan sólo hicimos una solicitud: que fuera un día que David Rabasa estuviera en sala. En todas nuestras visitas ha estado y en todas nos hemos dejado guiar por el.  Siempre hemos concebido la cocina de Ricard con sus maridajes y se nos hace difícil pensar en una cosa sin la otra.

Tras un cálido recibimiento, pasamos a nuestra mesa favorita. Al lado de ella, en una cubitera, descansaba una botella con forma de clavecine…David recordaba nuestra afición por los vinos de Jura y en este caso, se trataba de un vin Jaune de L’Etoile, el Domaine Montbourgeau de 2006. Una vez más, con tan sólo sentarnos y mirar, ya nos había conquistado. Así es el maestro Rabasa.
Elegimos el menú de 9 platos y por supuesto, el maridaje. Y empezamos a disfrutar.
De todos los platosnos gustaría destacar 4:

-Menestra templada de  judías baby, cococha de merluza, tomate seco e infusión de merluza. Uno de los mejores fondos que hemos probado. Intenso y delicioso.

-Paletilla de cabrito con jugo yodado de hierbas de la playa alficoz y requesón de cabra. Esta composición aligera completamente la grasa del cabrito, hace que el plato sea mucho más suave. Le aporta un frescor que permite apreciar otras notas de la carne y de nuevo nos hace pensar en cómo de condicionados estamos a la hora de acompañarla. Bravo.

-Mangos maduros. Un postre de producto, con unas notas a manzana y cítricos de pomelo que evocan mucho más de lo que ves. Como para repetir y repetir.


-Higo-vinagre-vainilla y fondillón. EL POSTRE. Una de las composiciones más hermosas que hemos visto. Sensual y bucólico. Lo estuvimos contemplando unos minutos, nos daba verdadera pena desmontarlo con los cubiertos…pero la pena fue  cuando se acabó. Una combinación de sabores y texturas que roza la perfección. Un 10.
Pese a que no lo tomamos en esta ocasión, no quiero olvidarme de la Corvina desmigada y en adobo. Un plato imprescindible y con atisbos a convertirse en uno de sus clásicos.

Y siguiendo con los dieces, los señores vinos:

-Fino Tres Palmas. Potencia  con una estructura que lo hace sutil a la vez que complejo.
-Domaine Montbourgeau  2006. Salinidad, fuerza, curry, nuez moscada y mineralidad.
-Escolma Viña de Martin. Ribeiro. Percibimos notas epirreumáticas sobre un fondo floral y una untuosidad muy elegante.



-Barbeito Sercial 1978 Madeira. Un vino único, menos dulce que otros madeiras y muy, muy largo. Mi favorito del día.
-Amontillado Tradición 30 años VORS.  Somos incondicionales de esta bodega y  Nos faltaba por catar este vino. Por ello David tuvo el detalle de ofrecérnoslo.  Frutos secos (avellanas), marquetería fina, membrillo, chocolate puro, café y un fondo balsámico.
-Les Chalasses Vielles Vignes Chardonnay Domaine Gavenat 2012. Otro Jura. Manzana, tostados, cítrico y muy mineral. Persistente.
-Viognier de Rosine Domaine Michel et Stéphane Ogier. Tras colocarnos una copa  riedel que nos recordaba a las de pinot/nebbiolo, David nos sirvió un vino absolutamente memorable. Une las notas florales, de fruta blanca con hueso, los albaricoque, las de mieles secas y herbáceos, con notas cítricas y  elegantes  ahumados. Una impresionante paleta de aromas delicados con una contundente presencia. El favorito de Silvia.
-Arbossar 2012 Terroir al Limit. Priorat. Una de las Carinyenas mas “domadas” que hemos catado. Frutal, fresco y personal.
-Josmeyer L’Excepción Riesling Grand Cru Hengst 2006. Nos acompañó en los postres. Flores, fruta blanca con hueso, melocotón muy maduro, pedernal y un fondo de petróleo. Un dulcor muy ligero para dejar que la fruta de los postres se expresara.


Señalar que el tipo de vinos elegidos para el maridaje iban en consonancia no sólo a los  platos, sino también a la elevada  temperatura del exterior. Nada es casual. Cuantas variables hay que manejar en el arte del maridaje.

Tras el homenaje, café y té blanco acompañados de  esas pequeñas obras de arte que son los petit fours del RC;  las fotos de rigor con los trofeos y agradable charla con David…y se nos hicieron las 19h.


Ya de regreso a casa, mientras hablábamos  del gran equipo el que tiene Ricard, tanto en sala como en cocina, y   de la elegancia y profesionalidad con la que tratan al cliente, como siempre,  ya estábamos planeando la próxima visita. Qué le vamos a hacer: somos reincidentes habituales.


Texto y fotos de Silan, nuestro experto en gastronomía.

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