Lo primero, agradecer a Verema, a las bodegas presentes y a todos aquellos que colaboraron en la celebración de esta fiesta del vino que es la Experiencia Verema 2015.
Revisando en la memoria la Experiencia del
año pasado, en esta edición las cosas mejoraron. La primera y principal, es que hubo el doble de espacio para disfrutar de los vinos, pues se habilito otro salón (justo enfrente) de iguales dimensiones. Doble espacio. Doble comodidad. El "daño colateral" que esto supuso, fue el cambio de copa obligatorio cada vez que salías de un salón para entrar en el de enfrente. El año pasado la copa fue la misma durante todo el evento.
año pasado, en esta edición las cosas mejoraron. La primera y principal, es que hubo el doble de espacio para disfrutar de los vinos, pues se habilito otro salón (justo enfrente) de iguales dimensiones. Doble espacio. Doble comodidad. El "daño colateral" que esto supuso, fue el cambio de copa obligatorio cada vez que salías de un salón para entrar en el de enfrente. El año pasado la copa fue la misma durante todo el evento.
Las bodegas que estuvieron, fueron las que quisieron estar. Faltaron algunas respecto a la edición anterior, pero más significativo fue que muchas bodegas no llevaron a sus primeros espadas como ocurrió en la Experiencia del 2014. El listón paso en un año de altísimo a muy alto. Por mi parte ninguna queja con el nivel y la calidad de los vinos.
Y por fin los vinos. Como hicimos el año pasado, probamos algunos de los blancos antes de la parada obligatoria de la comida, para `posteriormente disfrutar de los tintos y algún dulce como fin de jornada.
Los blancos.
Hubieron muchos, pero los que nos gustaron para una posterior cata y publicación para el blog fueron los siguientes.
El primero fue un monovarietal de verdejo de bodegas Castelo de Medina, con una elevada intensidad y variedad aromática y a un precio (menos de 6 euros) mas que asequible. Seguidamente probamos varios verdejos de bodegas Rolland Lurton, con una calidad parecida a los probados anteriormente, aunque con un precio (sobre 15 euros) más elevado.
Siguiente parada, los albariños de Mar de Frades, donde su Finca Valiñas, nos mostró toda su gran complejidad y altísimo calidad. A raíz de probar este vino surgió la pregunta. ¿ Por qué nos asusta cuando nos piden 20 euros por un blanco y por un tinto nos parece más normal? Interesante debate, que siguió en el siguiente stand donde un vino de sierra Cantabria, Organza, de extraordinaria calidad y sobre unos 18 euros, reavivo el debate.
Aptía 2011, un macabeo del Penedés envejecido sobre sus lías dursnte 6 meses en roble y con un precio de 10 euros también llamó nuestra atención.
Acontia un verdejo sobre lías de la bodega del mismo nombre, fue el siguiente merecedor de una parada. Mejor en boca que en nariz aunque sin desmerecer a esta última, embotellado en magnum "para una mejor evolución" en palabras de los representantes de la bodega.
Parada obligatoria fue la bodega de Átlantic Terroirs: Gomarriz. Me encantan sus vinos aunque no voy hablar de todos. Únicamente destacaré este año el vino Salvaxe collita 2012. Complejo, estructurado, largo.
La clásica y abarrotada, como siempre, parada en el stand de La Vila Vinateca, donde a base de esperar probamos un chardonnay neozelandés, "Bannockburn" de precio elevado al igual que su calidad.
Como fin de fiesta de vinos blancos, aunque fue por pura casualidad, fue en el stand de Belondrade y Lurton. Como siempre una gozada y un disfrute de los sentidos. Su "Quinta apolonia", cada vez mejor y por su puesto su estandarte Belondrade y Lurton, este año con un 2012 lleno de excelentes sensaciones sápidas, y un 2013 que "aún por hacer" según palabras de la amable representante de la bodega que gustosamente nos contó las entresijos de la elaboración de sus grandes vinos.
Hubieron más, muchos más, pero estos fueron los que nos gustaron. Un "break" para reponer fuerzas y continuaríamos con los tintos.
Vinos Tintos.
Reconozco que en los vinos tintos, la criba fue mucho mayor que en los blancos. Habíamos pasado por los todos los stands para probar los vinos blancos y durante la comida hicimos una selección de lo que nos había llamado la atención y nos apetecía probar.
No hubieron grandes sorpresas o al menos nosotros no nos las encontramos.
Estuvimos con Ramon Bilbao, y a la vez probamos un clásico como Cruz de alba. Nos acercamos a comprobar el estado la familia Eguren y certificamos que sus vinos no pierden un ápice de calidad añada tras añada.
Otra parada interesante fue para probar Bosque de Matasnos, un ribera del Duero al que acompaña algo de merlot al tempranillo . Mucha calidad, que espero tener catado este año.
Parada obligatoria, aunque un par de sus vinos ya están en el blog y el tercero no tardará mucho en aparecer, fue Pago de Vallegarcía. Excelentes vinos tintos. Personalmente de mis favoritos. Complejidad, estructura. Un regalo.
Subimos al salón Zeus y hicimos un alto en el stand del grupo Peralada. Un gran Pupurri de vinos nacionales e internacionales de altísima calidad muchos de ellos. Destacar por encima de todos, un par de referencias internacionales bien conocidas por todos. Chateau d'Ampuis, un Côte-Rôtie de una calidad infinita y un precio inalcanzable (sobre 100€) para nuestros bolsillos. El segundo fue un Penfolds Bin 389, un coupage de Shiraz y Cabernet. Una gozada probar estas cosas, este "algo más" económico (50-60 euros). Aunque hubieron muchos más como un Santa Cecilia 2009, un Ex Ex10, un Cruor 2010 o un Payoya Negra 2011. Mucha calidad ,insisto, en este stand.
Cruzamos al salón de enfrente, con el consiguiente cambio de copa, y nos detuvimos a probar los vinos de Dominio del bendito. Su Titan del bendito me pareció un gran vino que quizás cuando el presupuesto alcance lo publicaré en el blog.
Y hasta aquí llegó mi tiempo, no hubo tiempo para más. Mis obligaciones me impidieron seguir, aun que algunos se quedaron un rato más.
En resumen muchos vinos, algunos muy buenos, otros fuera de serie, otros muchos de excelente relación calidad-precio y otros que merecen la pena por su rareza, ya sea en su elaboración o por las variedades que lo componen. Otro año más, ha valido la pena pasar un buen día probando vinos y recopilando información para posteriormente analizarla en forma de cata con más tranquilidad.
Enhorabuena y hasta pronto.
La clásica y abarrotada, como siempre, parada en el stand de La Vila Vinateca, donde a base de esperar probamos un chardonnay neozelandés, "Bannockburn" de precio elevado al igual que su calidad.
Como fin de fiesta de vinos blancos, aunque fue por pura casualidad, fue en el stand de Belondrade y Lurton. Como siempre una gozada y un disfrute de los sentidos. Su "Quinta apolonia", cada vez mejor y por su puesto su estandarte Belondrade y Lurton, este año con un 2012 lleno de excelentes sensaciones sápidas, y un 2013 que "aún por hacer" según palabras de la amable representante de la bodega que gustosamente nos contó las entresijos de la elaboración de sus grandes vinos.
Hubieron más, muchos más, pero estos fueron los que nos gustaron. Un "break" para reponer fuerzas y continuaríamos con los tintos.
Vinos Tintos.
Reconozco que en los vinos tintos, la criba fue mucho mayor que en los blancos. Habíamos pasado por los todos los stands para probar los vinos blancos y durante la comida hicimos una selección de lo que nos había llamado la atención y nos apetecía probar.
No hubieron grandes sorpresas o al menos nosotros no nos las encontramos.
Estuvimos con Ramon Bilbao, y a la vez probamos un clásico como Cruz de alba. Nos acercamos a comprobar el estado la familia Eguren y certificamos que sus vinos no pierden un ápice de calidad añada tras añada.
Otra parada interesante fue para probar Bosque de Matasnos, un ribera del Duero al que acompaña algo de merlot al tempranillo . Mucha calidad, que espero tener catado este año.
Parada obligatoria, aunque un par de sus vinos ya están en el blog y el tercero no tardará mucho en aparecer, fue Pago de Vallegarcía. Excelentes vinos tintos. Personalmente de mis favoritos. Complejidad, estructura. Un regalo.
Subimos al salón Zeus y hicimos un alto en el stand del grupo Peralada. Un gran Pupurri de vinos nacionales e internacionales de altísima calidad muchos de ellos. Destacar por encima de todos, un par de referencias internacionales bien conocidas por todos. Chateau d'Ampuis, un Côte-Rôtie de una calidad infinita y un precio inalcanzable (sobre 100€) para nuestros bolsillos. El segundo fue un Penfolds Bin 389, un coupage de Shiraz y Cabernet. Una gozada probar estas cosas, este "algo más" económico (50-60 euros). Aunque hubieron muchos más como un Santa Cecilia 2009, un Ex Ex10, un Cruor 2010 o un Payoya Negra 2011. Mucha calidad ,insisto, en este stand.
Cruzamos al salón de enfrente, con el consiguiente cambio de copa, y nos detuvimos a probar los vinos de Dominio del bendito. Su Titan del bendito me pareció un gran vino que quizás cuando el presupuesto alcance lo publicaré en el blog.
Y hasta aquí llegó mi tiempo, no hubo tiempo para más. Mis obligaciones me impidieron seguir, aun que algunos se quedaron un rato más.
En resumen muchos vinos, algunos muy buenos, otros fuera de serie, otros muchos de excelente relación calidad-precio y otros que merecen la pena por su rareza, ya sea en su elaboración o por las variedades que lo componen. Otro año más, ha valido la pena pasar un buen día probando vinos y recopilando información para posteriormente analizarla en forma de cata con más tranquilidad.
Enhorabuena y hasta pronto.
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